Dime de qué presumes…

El Ayuntamiento de Valladolid dice en su página web que el Presupuesto Municipal para 2013 «es un Presupuesto pensado para las personas, fundamentalmente para aquellas que peor lo están pasando en esta situación de crisis». Así, con ese cuajo. ¿Cómo se hará eso de meter el mayor recorte en Bienestar Social pensando en las personas que peor lo están pasando en esta situación de crisis? Porque podríamos entender que el equipo de gobierno justificase sus presupuestos diciendo que no le queda más remedio que ajustar de aquí y allá porque es un momento complicado, porque no llega dinero de otras administraciones… Discreparíamos, porque se puede hacer mucho más, pero lo esperaríamos. Sin embargo, nos parece una tomadura de pelo que encima se saque pecho, como si se volcaran en la gravísima situación social que padecemos. Ya se sabe, estos también deben de ser los presupuestos más sociales de la historia de la democracia.

Para echarle un ojo a las cuentas municipales, no hay que perder de vista lo que está suponiendo la obligación de pago prioritario de la deuda. Debemos amortizar 175 millones de deuda antes de 2030, y creo que es importante recordar que 75 de esos millones se firmaron en 2010, en plena crisis, para inversiones tan prescindibles como la Cúpula del Milenio. Pero era época preelectoral, ya se sabe. A causa de aquello, de un presupuesto de 245 millones de euros, más de 27 se van para amortizar la deuda (más de lo que exige la ley, porque somos más papistas que el Papa). Y cuando necesitamos el dinero para paliar las necesidades más urgentes, más de un euro de cada 10 se va a pagarles los intereses de las inauguraciones de precampaña: los puentes, las cúpulas, todo eso que nos sirve tanto en tiempos de crisis. Pero también hay que contarle a la gente la letra pequeña: ¿por qué no se puede hacer más gasto público para cubrir necesidades básicas ahora en un momento dramático? Pues hay que agradecerlo, en este caso, al PP y al PSOE que reformaron la Constitución, de la noche a la mañana, para blindar los intereses de la banca a la que debemos ese dinero. Nos toca poner por delante ese pago de la deuda a cualquier otra cosa: al gasto social, a asegurar los derechos de la gente.

Pero no es un mero problema de restricciones legales. La ciudadanía debe saber que mientras bajan programas urgentes en materia social, siguen los gastos superfluos. No sé si es un desafío o una tomadura de pelo a la ciudadanía, si están fuera de la realidad o les importa un comino. Quizá no saben cómo afrontar la situación que vivimos o no quieren hacerlo. El caso es que para el asunto del ascensor de la Catedral dedican 155.400 euros, en toros, 180.000, o en la famosa iluminación de la Ruta Ríos de Luz, 88.000 euros, imprescindible para que nos premien los mismos que ponen las bombillas. O, por ejemplo, también hay que gastar 570.000 euros para urbanizar la Plaza de la Antigua, porque tras la enésima sentencia por fin el parking ya no es prioritario. Por su cabezonería, ahora nos toca pagar a escote.

Sin embargo, reducen los presupuestos de los Planes de Violencia de género, de Solidaridad, de Igualdad de Oportunidades, el de Infancia, el de Drogas, Inmigración y el de Accesibilidad. A todos le meten un mordisco de cantidades que repercuten muy poco en el conjunto del presupuesto pero hacen mucho daño al desarrollo real de unos programas sobre los que es clara la necesidad social. Es un recorte puramente ideológico y al final, en dos años, se ha pasado de 268.580 € a 174.455 € para estos programas. Parece una bobada, pero es la mitad de una tarde de toros de uno de los años. El montante final del Programa de Acción Social refleja una bajada de 1.277.095 € (el 7´9 %). ¿Y qué pasa en los presupuestos con el empleo? Pues que lo recortan en 1 millón 400 mil euros. Y el programa de Formación para el empleo pasa de 2.045.018 € a 417.475 € (casi el 80 % menos). Es decir, que el famoso Plan Anticrisis va a velocidad de crucero.

Ante este panorama, en la última Comisión de Hacienda hicimos una propuesta. Como nos va a llegar un millón y medio del nuevo fondo general de Ordenación del Territorio, pedimos que se comprometan a dedicarlo a empleo y acción social. Si no se dan cuenta de que esa es la mayor urgencia en este momento, es que están fuera de la realidad.

Vivimos un momento en el que es imprescindible acertar en cuáles son las necesidades más primordiales, y para ello nada mejor que discutir las líneas generales del presupuesto con la gente. El gobierno municipal presume de lo que carece y habla de unos presupuestos participativos en la web municipal. Sin embargo, se opusieron a la propuesta de Izquierda Unida de preguntar directamente a la gente en los barrios por sus necesidades. Pero como nos gusta predicar con el ejemplo, Izquierda Unida sí ha ido a debatir con la ciudadanía y ha recogido propuestas de acuerdo con lo que la gente, en la calle, considera prioritario.

Nos han llegado decenas de propuestas y lo que la gente demanda, de manera clarísima es que el esfuerzo debe centrarse en empleo y política social. Es cuestión de sentido común y de escuchar a la gente. Hay que sacar dinero de donde sea para lo que realmente es urgente. Hay cosas que pueden esperar, sin duda, pero la situación social de muchas familias es insostenible y es una obligación legal y moral del Ayuntamiento volcarse en ayudarlas.

Estos argumentos serán defendidos por Izquierda Unida en el pleno extraordinario de presupuestos, como veis en la foto somos tres, pero la defensa de las propuestas viene avalada por el sentido común, por las necesidades y por las ideas de mucha más gente.

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