El martes pasado tuvimos Pleno y, entre otras cosas, se aprobó crear una nueva tasa de basuras. ¿Qué ha cambiado en la recogida y tratamiento de residuos para que lo que antes se consideraba pagado con el resto de tributos ahora exija una nueva tasa? Pues nada. Estaríamos en un debate muy diferente si lo que plantearan es una tasa no para recaudar, sino para tratar de cambiar los comportamientos en la generación de residuos. Es decir, para contribuir a mejorar el medio ambiente. Pero no va de eso el asunto, puesto que de ninguna manera se diferencia quién genera más residuos y quién menos.
La finalidad no es otra que la de conseguir financiación por cualquier vía. O mejor dicho, no por cualquiera, porque cuando el dinero no les llega para atender adecuadamente a la población, podrían apartar los intereses partidarios, plantarse ante el Gobierno y decir: “oigan, que la ciudadanía vallisoletana tiene unas necesidades y no podemos seguir pidiéndole esfuerzos”. Pero no, no exigen cambios en la política fiscal y en la financiación de los Ayuntamientos, no exploran la progresividad que se puede alcanzar en determinados tributos locales. Prefieren pasar por encima de los intereses de su propia ciudad y les resulta más fácil ponernos una nueva tasa. Siempre acuden a la opción fácil, siempre exigen esfuerzos y sacrificios a la misma gente. Y eso es simple y llanamente inaceptable.
Quizá no estarían tan obsesionados con recaudar a cualquier precio si no fuera por la sacrosanta estabilidad presupuestaria que llegó a nuestras vidas cuando el PP y el PSOE decidieron sin consultar con nadie reformar la Constitución para que, entre otras cosas, las Entidades Locales tengamos un techo de gasto público. Quizá sea el momento de que recapaciten y vean que esta medida ha sido la puntilla al sistema público. Jamás en recesión debe reducirse el gasto público social ya que no hace más que seguir cavando en el inmenso agujero en el que nos hallamos e incrementa aún más las diferencias entre las personas que más tienen y las que menos tienen.
Os dejo aquí mi intervención en ese debate.