Valladolid no ha cambiado de arriba abajo en dos años, porque era imposible que así fuera; los tiempos de transformación de las ciudades son largos. La tarea que nos corresponde en este mandato es sentar las bases para un proyecto a medio y largo plazo, y en ese sentido sí ha habido un giro de 180 grados en tono, actitudes y prioridades.
Comenzamos a quitarnos de encima esa imagen de ciudad retrógrada y cerrada que nada tenía que ver con la realidad de nuestra gente a base de gestos de tolerancia, integración y reconocimiento de la pluralidad de la sociedad. Se recupera el diálogo con todo tipo de actores sociales tras años de enfrentamientos con asociaciones, comerciantes, artistas y otros ayuntamientos. Realmente es muy poca cosa, apenas recuperar la normalidad, pero es un mínimo que ni siquiera se cumplía.
Somos también más conscientes de nuestras limitaciones. En vez de seguir dando patada hacia adelante a promesas que nunca llegaban, hoy se pone sobre la mesa cada dificultad que se encuentra. Datos y obstáculos que a veces se habían escamoteado a la oposición y la opinión pública. Y a veces eso supone dar malas noticias, pero es preferible tratar a la ciudadanía como personas adultas, con honestidad y transparencia.
A pesar de las dificultades, las prioridades han cambiado. Y se ha demostrado que se podía dar prioridad a lo social, el empleo y el medio ambiente sin descuadrar las cuentas. Es más, reduciendo deuda. Se han eliminado listas de espera en ayuda a domicilio. Tenemos un Plan de Vivienda centrado en el alquiler social y comedores escolares en verano. Tarifas sociales en el autobús, el deporte escolar o los servicios funerarios. Y nos empezamos a tomar en serio la sostenibilidad, poniendo coto al crecimiento urbanístico sin sentido, apostando por la movilidad alternativa y la transición energética hacia las renovables.
Queda mucho por hacer. En parte por nuestros errores y limitaciones, pero también porque lo que hemos empezado a construir es un nuevo modelo de ciudad, un cambio para décadas, una nueva Valladolid. Solo acabamos de empezar.
Artículo publicado en El Norte de Castilla.